Tus ojos enojados me miran,
la espada que abre
profundas y dolorosas heridas,
como si se apagara el sol
y en el mundo todo acabaría,
el dolor que me parte,
me arranca corazón
y me deja sin salida,
si cruzaste el paso
que separa al amor del odio
y lo soltaste en contra mía,
¡dime que no me amas!,
cerraré mis tristes ojos
y mi vida termina,
tendrás mi alma
que tras de ti siempre iría,
así, aun estando muerto,
estaré a tu lado todavía.
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