Aquella noche
en la iglesia esperaba,
un ángel que baja
ocultando sus alas,
toda de blanco
resplandeciendo y con gala,
todas envidiaban
su alegre mirada,
su cabello corto
su cola muy larga,
sus labios rojos
sus mejillas coloradas,
sus pasos cortos
su sonrisa admirada,
la miro y me mira
está emocionada,
y ante Dios y el altar nos juramos
un amor que no acaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario