De pronto un día te das cuenta y estas escribiendo tu propia historia de amor, tu propia tristeza, tus propias alegrías, y te das cuenta de que no eres un espectador sino que también eres parte de la obra…
En silencio, olvidando el trabajo, forzando a mis ojos a no llorar, a mi pecho a no apretar, a mi garganta a no arder, pero su recuerdo hace que mis esfuerzos sean inútiles, me doy cuenta de que jamás me amó, ni siquiera me quiso, no se tomó un segundo a pensar en un futuro juntos, por el contrario, cuando tuvo la oportunidad de irse se fue sin pensarlo, aun cuando yo había hecho todo por conservarla…
Su simple escusa “no me das el tiempo que necesito”, sabiendo que todo mi esfuerzo en el trabajo es por ella, que cada minuto que sacrifico y no estoy con ella es pensando en nuestro bienestar futuro, tal vez no me dejé entender en nuestras conversaciones sobre el tema, o tal vez mis palabras se fueron en el viento…
Ya estando solo y sufriendo, con el corazón hecho pedazos, insensible, tenía tantas cosas en mente, había una mujer que siempre había querido estar conmigo, pero yo solo buscaba venganza, así que cualquier cosa con ella no tendría futuro, aun cuando era tan bella…
Por otro lado, estaban mis “amigos”, presurosos por invitarme a una fiesta donde terminaría bebiendo alcohol hasta el amanecer solo para quedar peor que antes, y seguir sufriendo; decidí quedarme en casa y pensar bien lo que iba a hacer, destruir otro corazón y sentirme tranquilo, o darme un golpe masoquista embriagándome hasta avergonzarme de mí mismo.
Me senté en mi escritorio y lloré por un rato, lloré con mucha amargura, lloré por haber fallado, por no ser el hombre adecuado para ella, por haberla perdido, porque me atemorizaba su futuro, y por los miles de recuerdos que se venían a mi mente en ese momento.
Encendí mi ordenador, muy preocupado, con temor de ver las redes sociales, me aseguré de bloquearla, de no saber nada más de ella, luego, estaba tan triste que no me salía ninguna historia, luchaba por escribir, y su recuerdo estaba presente, finalmente, que quedé en el chat por completo, escuchando otras historias de amor, otras alegrías, otras tristezas, de pronto, casi como regalo del destino encontré a alguien muy especial.
Con tan pocas palabras entendí lo que quería decirme, sus palabras hicieron que olvide mi mal momento, llenaron mi vida de amor y sentí que mi corazón se curaba; reflexioné mucho sobre eso, y nada me quita de la cabeza que era un ángel la que me hablaba, un ángel que al igual que yo sufría, que al igual que yo había amado demasiado, y que al igual que a mi le habían partido el corazón.
Recordé que no creo en las coincidencias, que si Dios había puesto en mi camino a esta mujer tan maravillosa, capaz de sacar de mi cabeza la tristeza para reemplazarla por sabiduría, por amor, era por algún motivo; no puedo quejarme, sus palabras no siempre eran dulces, a veces eran tan rudas, tan realistas; pero yo las sentía en el alma.
- ¿quieres sufrir? o ¿quieres ser feliz? – me preguntó dándome a elegir. - Yo le amo – le respondí entristecido. - Pues entonces ve con ella y sufre para siempre – me dijo.
Entendí que era verdad, que todo intento mío por volver con ella destruiría mi vida, porque ella jamás me amará, mi ángel me decía eso porque había sufrido tanto o más que yo, y sabía que no existen las segundas oportunidades.
- ¿Cuál es tu nombre? – le pregunté a mi ángel. - Katy – me respondió amablemente.
Indagué su vida y todo me gustaba, como cuando una pieza encaja perfectamente en otra, sin embargo, habían nada más y nada menos que 3630 km de distancia mínima entre nosotros, una distancia que a pesar de ser considerable no fue suficiente para evitar que nos conozcamos, por momentos tenia tantas ganas de decirle “te amo”, pero tenía un temor muy grande, ¿Qué tal si no había sacado a mi ex enamorada de mi corazón?, no estaba listo para amar, mi corazón estaba hecho pedazos.
Ella me hizo prometer que si quería ser feliz tenía que alejarme de mi ex enamorada, se lo prometí e hice todo lo posible por no fallarle; Katy para recordarme mi promesa, cada día me sube un anime de un ángel, y siempre es tan hermoso que me hace saber lo mucho que se preocupa por mí.
Cuando estoy con ella en el chat me pongo tan romántico que ni yo mismo me lo creo, es que ella se ha llevado mis lágrimas y las ha convertido en alegría, ahora me preocupo por ella, porque sé que sufre tanto o más que yo, y es que lo que siento por ella se ha vuelto tan fuerte que puedo escuchar el llanto de su corazón en mis oídos.
Mientras volvía de mi trabajo fatídicamente me encontré con mi ex enamorada en la calle, estaba rara, como arrepentida, me suplicó perdón, lloró frente a mí, y me sentí mal por ella, ya no sentía amor, por el contrario, sentía tristeza, me sentía culpable de su sufrimiento, otra vez recordé las palabras de mi ángel, que me decían: “eres tú o es ella”, y aunque suena egoísta, decidí que yo iba a ser feliz, y no aguantaría más de ella.
Y se lo dije, le dije que no quería verla jamás en mi vida, que lo que ella cree conocerme es una mentira y que para mí no existen las segundas oportunidades…
Por la noche, mi ángel me prestó su corazón y por su latido es que puedo escribir ahora.
He tenido un sueño tan hermoso que deseo que se vuelva realidad… soñé que estaba frente a mi ángel, que tomaba su mano, me ponía de rodillas y casi suspirando le decía: TE AMO
Mi amor, mi corazón, espero que se cumpla…
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Fragmentos del libro:
“El Vapor del Sentimiento” escrito por Jonattan Poul León Segura y que será publicado a mediados del año 2017, si quieres contribuir a la obra cuenta tu historia y envíala al correo
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