¿Dónde están los cascabeles
que tras nuestra puerta
el agitado viento
no se cansaba de soplar?
¿Dónde está aquel beso
que por las mañanas
inevitablemente en tu frente
se tenía que posar?
¿Dónde están los escritos
que formaban versos
que mi lápiz aunque quisiera
no podrían editar?
Aquellas melodías armoniosas
que tus labios por días
no dejaban de cantar
¿Cómo podría olvidar
aquel carácter tuyo
al que yo aprendí a amar?
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