Puedo escuchar intensamente
la cálida voz de tu alma
que en ti grita desesperadamente
lo mucho que me ama,
No ocultes tus sentimientos,
puedo verlo en tu mirada
aquella máscara de enojo
no te quita lo apasionada,
Aunque las dudas te cieguen
tu brillante luz dorada
entre las sombras se mantiene
en la oscuridad se propaga,
y tus suspiros en el silencio
son como llamaradas,
queman y destruyen
todo aquello que nos separa,
no hay día que no agradezca al cielo
porque me fuiste otorgada.
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